



Dentro del rico patrimonio de la Hermandad de la Asunción destaca el suntuoso paso sobre el que Nuestra Señora procesiona triunfal cada noche del 15 de agosto.
La construcción del paso comenzó a gestarse en 1883, entonces la Hermandad ya contaba con unas sencillas andas de reducido tamaño, provistas de respiraderos dorados, tallados a base de roleos de acanto, inscritos en un rectángulo. Completaban el conjunto seis candelabros muy esbeltos y jugosos en su composición y tratamiento, tallados por José Gil, apodado como Currito el dorador. Este conjunto de seis candelabros fue sustituido en el 1973 por los cuatro que para las esquinas del paso realizara el maestro Antonio Vega. Sin embargo, en la actualidad, en el paso está montado cuatro de los candelabros primitivos que realizara Currito , tras la restauración a la que se sometieron en el año 2008 en el taller de Dorado “Hnos. González”, donde han sido restaurados y dorados.Encargándose las piezas de plata que forman las coronitas de los guardabrisas de estos candelabros al orfebre Juan Borrero de Sevilla. Nos falta apuntar a continuación que el juego de cuatros candelabros de Antonio Vega, en la actualidad pueden contemplarse en el exorno de la iglesia durante los cultos.
Fue también Antonio Vega, quien ejecutara los candelabros de mechero de tres luces cada uno que portan una pareja de serafines , que se sitúan ante el trono de ángeles de la virgen y con los que se mantiene la secular tradición de los pasos de Gloria. Estos en la actualidad continúan en el paso.
A partir de la década de los treinta del siglo XX, la configuración del conjunto se activaría de forma definitiva e imparable. Así, en 1940 se incorporó a modo de peana, el extraordinario Sepulcro, del que se arrebataba a los cielos la Sagrada Titular, tallado en madera por Don José Rivera García. Sus líneas se inspiran en la urna de plata que contiene las reliquias de San Fernando. Cubierto de carnosa hojarasca barroca, se adorna con cuatro relieves: uno en el centro de cada cara. En ellos se desarrollan los siguientes temas: La Anunciación, La Dormición, en la trasera, presenta el detalle curioso de mostrar, por una ventana de la estancia donde yace María, una vista de Cantillana; la Asunción, en el frente, y , por último, la Coronación de la Santísima Trinidad. El Sepulcro ha sido restaurado y dorado en el año 2007 en los talleres del maestro Manuel Calvo Carmona.
Las siguientes reformas resultaron fundamentales. Tuvieron lugar en 1960, encaminadas a la incorporación de costaleros. Consistieron en el aumento de las dimensiones de la parihuela, cuya ejecución se encomendó al taller de Manuel Guzmán Bejarano. Por esa circunstancia hubo que hacer respiraderos, inspirados en la estética barroca dominante en el sepulcro de la Virgen. El maestro Antonio Vega aportó, con la ejecución de estos respiraderos, una gran novedad ya que se alternaron y conjugaron materiales distintos , formándose espacios de plata repujada enmarcados por hojarascas tallada y dorada. En aquel tiempo, la orfebrería fue encargada al artista sevillano Jiménez. Se destaca de los mismos el gran moldurón que presenta, dándole al conjunto una gran riqueza. Estos respiraderos se han conservado hasta nuestros días, ya que fueron restaurados en el año 2008 en el taller del artista sevillano Manuel Calvo Carmona. De nuevo, por lo obligado de las circunstancias, en el año 1982 se alargó la parihuela. También hay que decir que la actual parihuela fue ejecutada nueva completamente en madera de cedro en el año 2007, saliendo de los talleres de Juan Antonio García Casas, de La Rambla (Córdoba).
En el frontal de los respiraderos se ubica una cartela con Pio XII ante el Vaticano, en recuerdo de la Proclamación del Dogma de la Asunción el día 1 de Noviembre de 1950. En los costados, desde 1982 aparecen los apóstoles San Bartolomé, por los estrechos vínculos de la Hermandad con el templo dedicado al apóstol mártir, y San José, por su condición de esposo de María y de Patrono de la Iglesia Universal. En la trasera de los respiraderos va el Escudo de la Hermandad. En el año 2010, los respiraderos han sido enriquecidos con la incorporación de las figuras de los doce apóstoles, a lo largo de la delantera, trasera y costados de los mismos.
Como no se quería prescindir de los antiguos respiraderos, se adaptaron a canastilla. Perdieron el calado al acoplarse los roleos sobre tableros lisos enmarcados por sencillas molduras y discreta crestería, sólo rotas por las cartelas de las esquinas y las centrales de cada costado, éstas últimas sostenidas por parejas de serafines. En estas cartelas de la canastilla, Antonio Vega, para enlazar con la parte nueva, mantuvo la fusión de talla y metal ya existente en los respiraderos. En el año 2008, tanto las cartelas como las esquinas han sido restauradas y adaptadas a la que será la nueva canastilla. La Nueva Canastilla del paso fue realizada en su estructura y tallado por el maestro Francisco Verdugo, elaborada en madera de cedro y tallada especialmente para ser dorada en oro fino y acoplarle nuevas piezas realizadas en plata de ley, incrustaciones éstas que seguirán la línea de los respiraderos ya existentes. En este año 2008, estos trabajos de orfebrería serían encargados al maestro orfebre sevillano Juan Borrero.
Esta canastilla,se haenriquecido con imágenes. Así, en la cartela central de su parte delantera se encuentra la figura de San José, en la parte trasera la imagen de la Virgen de la Soledad, Patrona de la Villa de Cantillana. En los laterales encontramos las figuras de San Joaquín y Santa Ana, además de los doce querubines que se sitúan junto a estas cuatro cartelas, completando así el conjunto.
De igual modo, la crestería de la nueva canastilla se ha visto enriquecida por seis ángeles tallados por el imaginero sevillano Fernando J. Aguado en el año 2007.
El escultor Rafael Barbero realizó cuatro querubines, inspirados en los habituales en las ménsulas de los retablos barrocos, Este mismo escultor fue quien realizó la imagen de la Inmaculada que remata la tarja delantera del paso, significando el inicio de la vida de María. Sigue la composicióncon la figura del Niño de Dios tallado en marfil que en el año 2009 se estrenara ocupando el tablazón delantero de la canastilla del paso. En el año 2000, la imagen de la Inmaculada estrenaría corona y ráfaga de plata. El tablazón trasero de la canastilla, desde el año 1982 estaría ocupado por la efigie de Fernando III El Santo, realizada por el hermano José Lucena y que recuerda la reconquista de la villa de Cantillana por dicho monarca, el restablecimiento del cristianismo y la incorporación en la localidad de la devoción asuncionista, por la que sentía especial predilección. La figura del Rey Santo que podemos ver hoy en día en el paso es distinta, de talla anónima. Continúa esta composición de la trasera la figura de San Sebastián, patrón de la Villa de Cantillana.
El siguiente hito importante tuvo lugar en el año 1971. Este año, Sebastián Santos Rojas ejecutó la nube sobre la que cada quince de agosto asienta Nuestra Señora. Hasta entonces, siempre usó la instalada, ahora de forma permanente, en el retablo. Esta inspirada en las creaciones sevillanas del S.XVIII. Años después, su hijo Jesús Santos Calero, en 1994, acometió la obra de restauración que asegurase una conservación adecuada..
En 1982 se incluyeron, con excelente criterio, los cuatro bellos angelotes dieciochescos de las esquinas, piezas de gran mérito y calidad artística, restaurados por José Rivero Carrera en 1998. En la actualidad, estos sostienen ostensorios de plata con reliquias de bienaventurados marianos como San Antonio MariaClaret, San Maximiliano MariaKolbe, Santa María Goretti y Santa Angela de la Cruz, estrenados en el año 2000.
Queda mencionar los faldones del paso, realizados en terciopelo de Lyon de color azul pavo. En su parte delantera, en el año 2007, sobre el terciopelo, se realiza el bordado sobre el terciopelo con tisú de plata y en oro fino a realce. Es de estilo renacentista y con ciertas pinceladas barrocas, con un diseño inspirado en los respiraderos del paso; en el centro de la composición lleva una cartela central donde aparece bordado en seda la escena de Pentecostés. Este trabajo de bordado corrió a cargo del maestro jerezano Ildefonso Jiménez García.
En el año 1995, es realizado por los Hermanos Delgado el llamador del paso. Este fue regalado por la cuadrilla de los Hermanos Costaleros.
Por último, y referente a los colores dominantes en el conjunto, cabe señalar que el azul habla de salvación, caridad y sabiduría; el blanco de gozo, gracia o unión con Dios; la plata el metal asociado a la Virgen, de pureza, y el oro, de verdad, bondad, santidad o gloria eterna, conceptos todos ellos inherentes al mensaje que el Misterio conlleva.