



Posee la Asunción de Cantillana un valioso y completo ajuar, del que cabe destacar algunos de ellos:
Uno de los elementos más característicos de la iconografía de Nuestra Imagen Titular es la nube de ángeles, arcángeles, querubines y serafines que la rodean para elevarla al cielo.
Portan estos, formando parte del enriquecido ajuar de la virgen, distintos atributos de plata, que hacen alegoría a los distintos pasajes de la virgen en el momento de su Asunción a los Cielos. Caben destacar la rosa y el lirio, haciendo alusión al cantar que entonaban los ángeles durante Su Asunción, que dice: “ Como lirio entre espinas, así mi amiga entre las hijas” ( Cantar de los Cantares, versículo (II,2)) , un espejo, que representa la sabiduría de la virgen, una corona y un cetro, como signos de su realeza, ya que se arrodilla ante el padre ( Salmo XIV, 12), además de un rosario aludiendo a los orígenes de la Hermandad.
La Asunción Gloriosa posee tres nubes. Una con la que procesiona la noche del quince de agosto, de belleza y composición admirable, obra póstuma del insigne imaginero onubense Sebastián Santos Rojas ejecutada en 1971, una segunda con la que se muestra durante todo el año presidiendo el Altar Mayor de su Parroquia y que anteriormente utilizaba en sus salidas procesionales y una última actualmente para otros usos complementarios.
Las dos diademas que utiliza en la procesión y en los cultos principales, una obra de Emilio García Armenta, con brillantes y esmeraldas y otra más reciente estrenada en el año 2000, obra cordobesa en la que las doce estrellas son de oro.
Estas preseas son de idéntica factura y la Santísima Virgen las luce indistintamente en estas fiestas principales. Durante el año, en su Trono del Retablo Mayor utiliza, bien la de plata sobredorada o la más antigua, decimonónica de plata de ley en su color.
Otro signo de realeza de la Asunción de Nuestra Señora son el estofado y dorado de sus prendas, término muy desarrollado en los textos sagrados al referirse a la Asunción de la Virgen (Salmo XLIV: … “ Toda radiante de hermosura entra la Hija del rey, sus vestiduras son de tejido de oro. Entre brocados es llevada al Rey”.
Sin renunciar a su virginidad y, como símbolo de su triple condición de Maria; como Esposa del Espíritu Santo, como Madre del Verbo y como Hija Consagrada del Padre, a la Asunción se la toca con mantilla de oro.
Innumerables son estas entre su ajuar, pero caben destacar la más antigua, y tradicionalmente, Toca de salida bordada sobre tul de hilo de oro con piedras y talcos, la cuál ha sido recientemente restaurada y pasada sobre nuevo tul en los Talleres de Bordados de Charo Bernardino de Sevilla ( en octubre de 2012), y la más actual, del año 2012, confeccionada en el mismo taller de bordados antes citado, ha sido realizada en plata fina dorada, bordada sobre tul de seda y adornada con perlas, cristales y lentejuelas. Esta fue estrenada en la Salida Procesional del 15 de Agosto del año 2012.
Imposible nos resultaría enumerar, el impresionante tesoro devocional que conforman las joyas con las que se adereza a la Santísima Virgen: pendientes, brazaletes, pulseras, gargantillas, collares, anillos... de los más ricos y valiosos materiales; oro, platino, brillantes, zafiros, topacios, esmeraldas, aguamarinas.
Por todo lo que representa la Asunción Gloriosa y la veneración tan grande que le profesa el Pueblo de Cantillana, de la que es su principal devoción, el Excelentísimo Ayuntamiento en pleno celebrado el 27 de enero de 1995, aprueba conceder la Primera Medalla de Oro de la Villa a Nuestra Señora de la Asunción. La imposición se efectuó en el trascurso de la procesión del 15 de agosto de ese año, concretamente bajo el emblemático Arco de las Veredas, de manos del Sr. Alcalde, D. José Eduardo Reina Hidalgo, entre el entusiasmo y fervor de los cantillaneros.